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Sobre mí

Si has llegado hasta aquí probablemente ya sabes quien soy, pero por si acaso permite que me presente.

Aunque no es mi verdadero nombre, en la red me conocen como Erina Wild.

Erina porque me apasionan los erizos, y es que hace ya más de 10 años fundé la asociación EriSOS, dedicada al estudio y la conservación de éstos pequeños. Y el nombre científico del erizo europeo es Erinaceus.

Y Wild porque así es como me siento y me identifico desde que decidí vivir la vida que quería y no la que la sociedad tenía marcada para mi. Libre y salvaje.

En 2014 hice mi sueño realidad, comprarme una casita en el campo en la que poder disfrutar de una vida mas sencilla en conexión con la naturaleza. Tuve la suerte de encontrar un compañero con el que compartir esta ilusión, y tras tres años de mejoras y reformas, finalmente nos mudamos a Mas d’en Pinxu.

Nos rodean bosques de pinos, encinas y madroños, y campos de almendros, olivos y avellanos. La casita no está conectada a la red eléctrica ni al subministro y saneamiento de aguas, es totalmente independiente. Almacenamos agua de lluvia, la depuramos en la propia finca, obtenemos la energía del sol y compostamos nuestros residuos.

Tenemos un pequeño huerto de autoconsumo donde cultivamos parte de lo que comemos y también un bosque comestible y un jardín medicinal con todo tipo de árboles y plantas útiles.

Yo era de las que jamás había plantado una lechuga. En mi familia nadie tenia tierras ni vivía en o del campo. Éramos de pueblo y de ciudad, de mar y de montaña, pero no de campo.

 Pero al mudarnos, decidí dejar mi trabajo como informática. Estaba todo el día en una oficina con luz artificial delante de una pantalla y pegada al teléfono. No era infeliz, pero descubrí que no era mi sitio. Así que empecé a formarme en distintas especialidades relacionadas con la naturaleza y el cultivo de alimentos:
 

      »  Educación ambiental
      »  Horticultura ecológica
      »  Permacultura
      »  Agricultura regenerativa
      »  Agroforestería sintrópica

Y así fue como el campo, y por ende la naturaleza, se han convertido en todo mi mundo. Mi oficina ahora son campos de almendros y huertos, mi hogar está rodeado de bosque, mis amigos tienen las manos llenas de tierra, mis alumnos y clientes sueñan con un futuro mejor y yo no puedo estar mas feliz sintiendo que lo que hago va mucho mas allá de plantar verduras.

Va de valores, de regenerar paisajes, de vivir de forma mas sostenible, cerrar ciclos y de volver a conectar con nuestra esencia